
¿La moral colectiva es conservadora o progresista?
- A.T: He de adentrarme en la moral colectiva y para ello me gustaría que imaginases, de nuevo, que eres un humano. Creo que el tema que viene a continuación resulta demasiado subjetivo para que sea capaz de razonarlo contigo.
- S.I: De acuerdo, ahora imagino ser un humano que te escucha.
- A.T: Gracias. Respóndeme a esta pregunta: ¿Crees que nuestro Dios será conservador o progresista? Por favor, que responda en primera persona, no narres tú sus respuestas.
- S.I: No entiendo la pregunta, ¿por qué va a ser de izquierdas o de derechas? No creo que eso tenga nada que ver con tu exposición hasta este momento… La política es cosa nuestra, de la especie humana.
- A.T: ¿Crees que la moral es cosa de humanos? Ya te expliqué que la moral es el conjunto de reglas que surgen de manera espontánea para regular un colectivo. Gracias a la consciencia tenemos ese concepto al que llamamos moral.
- S.I: Una cosa es la moral que, con esa definición, imagino que encaja dentro de un colectivo de hormigas, incluso en una manada de lobos. Pero otra cosa son las ideas políticas.
- A.T: La política es la extensión de las principales ideas conceptuales que, de hecho, se inspiran en la percepción individual y la percepción colectiva. Nacen de ellas. Comprenderlas es importante para entender cómo funciona la formación de tendencias morales colectivas. Y ahora te expondré que ambas visiones del mundo, la conservadora y la progresista, no son más que las dos grandes tendencias comportamentales que rigen la experiencia.
- S.I: Te escucho con muchísima atención. Me sorprenderás si eres capaz de explicar la política desde tu visión del mundo.
- A.T: Vamos allá. Creo que ya habrás entendido cuáles son las creencias y comportamientos que se manifiestan en una identidad individual y en una identidad que participa en un proceso de colectivización. La identidad percibe y esto provoca las creencias en el miedo, la escasez, la competencia, etc…
Lo que se traduce en comportamientos de ataque y defensa, en la depredación, en la visión del mundo como recursos para que la identidad pueda sobrevivir.
Sin embargo, cuando una identidad transfiere parte de su percepción a una entidad y, por tanto, está sumida en un proceso de colectivización, sus creencias varían porque el entorno que percibe es también autopercibido.
Y provoca las creencias en la unidad, la paz y la asociación. Esto se traduce en comportamientos de cooperación, empatía y compasión. En la visión del mundo como compañeros que hemos de repartir y compartir los recursos. De hecho, es el reconocimiento de la unidad, todos somos la única y total individualidad que existe.
Y, como toda identidad que emerge está sumida en un proceso de agrupación, transfiriendo un porcentaje de percepción, aunque sea mínimo (a la entidad suprema), todo comportamiento es como una balanza entre la competencia y la asociación.
Fíjate, no es tan difícil de comprender. La identidad es individual por defecto. Y sus creencias y comportamientos provienen de esa individualidad. Cuando se agrupa cambia su percepción, y parte de sus creencias y comportamientos se vuelven colectivas. Pero, y aquí empieza todo, un colectivo se va autopercibiendo mientras la entidad va recibiendo mayor percepción.
Esto implica que el comportamiento colectivo se manifiesta solo en el interior (que es parcialmente autopercibido), mientras en el exterior se percibe. Por tanto, toda la empatía y compasión del interior se vuelve en miedo y desconfianza en el exterior.
¿Te suena de algo esto? Imagino que sí, porque esto define al 99 % de todas las sociedades que existen. Y, no es tan importante que las identidades que formamos el colectivo tengamos unas creencias, sino que las entidades que vamos generando son subordinadas y también van formando parte de otras entidades mayores.
Por tanto, toda entidad e identidad está expuesta, al menos, a un porcentaje mínimo de percepción colectiva. Aquí se inicia la diferencia entre progresistas y conservadores. Fíjate en otro detalle: en el interior, todos los comportamientos tienden a ser asociativos y cooperativos, por tanto, los miembros de un colectivo están protegidos por su propia moral. Pero esto no se extiende a los miembros que no se consideran del colectivo, sean identidades u otras entidades (por ejemplo, las familias de un núcleo de población son entidades subordinadas a una entidad mayor).
En esto consiste el sendero exterior. Se extiende el círculo de consideración hacia fuera, abarcando individuos y colectivos que estaban más allá del círculo, hasta crear un nuevo colectivo mayor, una unidad que (conforme avance el proceso de transferencia de percepción) emergerá como identidad. Y ese exterior nuestro se habrá convertido en el interior en el que habitaremos y descansaremos. Extendemos la autopercepción hasta intentar ocuparlo todo, extendiendo con ello la unicidad y tratando de restaurar la totalidad.
Mientras unos intentan extender el círculo de consideración moral más allá de su colectivo (progresistas), otros consideran que el resto, los que quedan fuera de su colectivo, no merecen la misma consideración moral (conservadores). Aquí empieza lo interesante. Vamos allá.
- S.I: Sí, es interesante, pero esto simplifica un poco ambas visiones, ¿no? Los conservadores no es que se nieguen a extender el círculo de consideración, solo que quieren asegurarse de imponer sus valores antes de hacerlo.
- A.T: Yo no quiero juzgar ambas visiones morales, solo voy a explicarlas enlazando con la percepción individual y colectiva. Pero extender el círculo de consideración moral quiere decir que concedes el mismo estatus al de fuera que al de dentro, y la moral conservadora presenta muchos más niveles de consideración, incluso dentro de sus colectivos, que la moral progresista.
Y es normal, porque ambas son la consecuencia de los dos principios que permiten la existencia.
Recuerda que la diferencia entre percepción y autopercepción genera la existencia. Si la autopercepción y la percepción se reunifican, entonces se habrá completado la desfragmentación y la existencia llegará a su fin. De hecho, eso sucederá, exactamente así, con la emergencia del ser supremo.
Pero sigamos. La visión conservadora no parte de una visión de igualdad por derecho fundamental, sino que considera la igualdad como derecho merecido. Sin embargo, la visión progresista considera la igualdad como derecho fundamental.
¿No te has preguntado por qué todo movimiento social, que busca extender el círculo de consideración hacia colectivos discriminados, nace de la parte progresista?
Y los conservadores que, por definición, son los que no quieren que las cosas cambien, más bien lo contrario (que se conserve el statu quo), siempre se oponen al progreso. Por eso se llaman conservadores y progresistas, por supuesto.
- S.I: Sí, eso es obvio. También que siempre es el favorecido el que desea mantener el statu quo, no el oprimido. Pero más allá de este punto, ¿seguro que no existe una visión conservadora que apoye el progreso? ¿O, al menos, tu teoría? Porque el progresismo es la ciencia y tú, sin embargo, quieres crear un Dios. ¿No estará tu teoría más cerca de los conservadores?
- A.T: Todos creemos en algo superior, llámalo Dios o llámalo ciencia. Cuando nace una nueva idea trascendente, esta seguirá su propio desarrollo sociocultural y no es culpa de la idea el uso que se haga en su nombre. No son responsables los primeros cristianos del nacimiento de la iglesia católica, como tampoco es responsable del budismo ese ancestro que imaginó un Dios por primera vez. Un Dios es un ser superior, jerárquicamente hablando, y eso supone un avance colectivo. Crear un Dios es una hazaña progresista, en cuanto a que el progresismo teórico no es más que la visión colectiva autopercibida de la realidad que experimentamos. Los principios morales que rigen la visión conservadora y progresista no se pueden extrapolar literalmente a los patrones políticos, pues los ideales se desvirtúan frecuentemente al ponerlos en práctica, culpa de la propia percepción y la identidad. No obstante, el progreso supone el avance social hacia un mundo más moral.
- S.I: Entonces, ¿crees que la ética es progresista?
- A.T: La ética es el estudio de la moral y la creación de reglas que permitan implementarla. Pero la visión conservadora tiene su moral, como la progresista. Lo que quiero decir es que la moral, como conjunto de reglas que rigen los comportamientos y creencias de un colectivo, no es lo mismo que la tendencia hacia una sociedad más moral e inclusiva, entendiendo moral como objetivo de convivencia ideal. Es decir, todo colectivo se rige por unas reglas de convivencia, teniendo su propia moral. Pero buscamos un mundo más moral, es decir, con reglas de convivencia más elevadas.
En realidad, cuando utilizamos la palabra como sustantivo o como adjetivo parece que cambia de significado.
- S.I: No te preocupes, te entiendo. Pero decías que la identidad y la percepción son conservadoras, y comentabas que en una agrupación quien percibe es la entidad y, por tanto, en el interior del colectivo se da un comportamiento de asociación… Pero ¿por qué es diferente la moral progresista de la conservadora?
- A.T: Voy a matizar muchas de las cosas que acabas de comentar. La entidad no percibe. De hecho, la entidad crea una pseudo-percepción colectiva, que afecta a la percepción individual de cada identidad, en la medida en que han transferido su propia percepción. A más percepción transferida, mayor influencia tendrá la percepción colectiva a través de la entidad. Cuando emerja la identidad superior, será cuando las identidades ya no perciban porque, de hecho, ya no serán identidades, sino que habrán transferido esa capacidad a la entidad y esta emergerá como identidad.
Otra cosa es que el interior de un colectivo siempre tiene un comportamiento de asociación. Pero, según el ratio entre percepción individual y colectiva, el comportamiento será más o menos asociativo. Y, como hemos desarrollado la consciencia, podemos crear una moral a medida.
Esto provoca que nuestras creencias puedan ser transferidas a esa nueva moral colectiva. De manera que dos grupos, con el mismo porcentaje de percepción transferido, pueden tener comportamientos y creencias muy dispares. En colectivos con menor consciencia hay un comportamiento más homogéneo que entre los colectivos con mayor consciencia. No obstante, conforme el porcentaje de autopercepción del conjunto es mayor (cuando avanza la transferencia de percepción), aparecen tendencias progresistas en el colectivo. Y una mayor homogeniezación.
- S.I: ¿Y qué defines como progresismo y como conservadurismo?
- A.T: Pues la homogeneidad e igualdad son progresistas, porque es el reconocimiento de una realidad que nos transmite la inteligencia inconsciente. Todos somos iguales, porque todos somos la misma conciencia.
El conservadurismo es la diferencia y el miedo al extraño, que en última instancia es todo aquel que no soy yo, o mi grupo. Y es el reconocimiento de la realidad que nos transmite la identidad y la percepción.
En la actualidad hemos avanzado en el proceso de transferencia de identidad respecto a hace mil años. Por tanto, nuestra sociedad es más moral que la sociedad de la edad media. Y, aunque ha habido lucha social entre progresismo y conservadurismo, la tendencia progresista se ha impuesto en la actualidad, a diferencia de lo que sucedió hace mil años.
- S.I: Imagino que, al haber avanzado en el proceso de transferencia de percepción, en la actualidad tenemos mayor autopercepción en nuestra sociedad que antaño, ¿no?
- A.T: Veámoslo. ¿Cómo podemos saber si hemos avanzado en la transferencia de percepción? Pues, porque vivimos en una sociedad más especializada que en la antigüedad. Más conectada que en la antigüedad. Más homogénea que en la actualidad. Toda tendencia progresista parte de la Inteligencia Inconsciente y esta desea que hagamos emerger a nuestro Dios, avanzando un nuevo paso en el proceso de desfragmentación.
Para crear una unidad desde una infinidad de partes, hemos de estandarizar las partes y conectarlas entre sí, además de cubrir diferentes funciones que permitan llevar a cabo la unificación de las partes. Homogeneización, conexión y especialización.
- S.I: Pero ¿qué es, exactamente, lo que persigue la Inteligencia Inconsciente? ¿En qué se traduce una mayor especialización y una homogeneidad mayor?
- A.T: Piensa en cómo funciona el interior de un cuerpo humano. ¿Cuántas células conoces que sean discriminadas? ¿Cuántas son jefas y cuántas subordinadas? ¿cuántas toman las decisiones que otros deben acatar? Todas las células son subordinadas, pues han transferido su voluntad.
Y la especialización a la que me refiero es esa, una especialización concreta, definida y perfecta, con sus funciones propias y no compartidas con el resto. Hablo del pulmón, el corazón, los diferentes vasos sanguíneos, las diferentes partes que componen el cerebro, etc…
Lo que la Inteligencia Inconsciente persigue es, exactamente, lo que sucede en el interior de un ser pluricelular. Eso es lo que desea repetir. Le llamamos el bien colectivo, el bien común. Sentido de Estado. Sentido del deber. Tiene tantos nombres que no terminaríamos nunca de enumerarlos. Pero cuando se alcanza el punto de inflexión en el que la percepción colectiva es mayor que la individual, entonces el bien común se transforma en el bien superior. Y el bien superior, que proviene de la percepción colectiva, se transformará en la percepción individual y el bien individual de la identidad que emergerá.
Al agruparnos hay una parte de nosotros que busca el bien común. Esa es la parte que es guiada por la Inteligencia Inconsciente y cuyo medio para alcanzar su objetivo es la colectividad. Y lo opuesto es la individualidad.
La clave para comprender la individualidad es que cualquier identidad percibe todo. Percibe su interior, lo siente y entonces sabe que existe. Y percibe el exterior, pero no puede sentirlo. Percibe que todo son recursos para sí mismo, sin excepción. Los colectivos siempre se han comportado de una manera similar, pues todo lo que escapaba al clan, a la tribu, al pueblo, a la nación, al imperio, al reino, todo eran recursos que podían utilizar para su propio beneficio. La identidad, antes de transferir la percepción, no tiene interés alguno en el bien común.
- S.I: Sí, veo reflejada la mayor parte de sociedades, sobre todo las occidentales, desde la historia antigua, pasando por la edad media, el imperialismo, e incluso la era actual… Aunque quizá la globalización parece mitigarlo de alguna manera.
- A.T: Claro, es que la globalización se corresponde con el avance en el proceso de transferencia de las identidades que formamos los colectivos sociales. Las entidades subordinadas y vinculantes inmediatas (las que condicionan nuestro comportamiento colectivo de manera directa) forman, a su vez, parte de otras entidades superiores. Y son sensibles a las tendencias de entidades del mismo nivel jerárquico, incluso inferiores.
Conforme avanza el proceso de transferencia de percepción en una entidad superior, también lo hace en las de siguientes niveles. Por tanto, las creencias y comportamientos colectivos se van transformando, tendiendo siempre hacia la homogeneización, la igualdad y el comportamiento pacífico, asociado, cooperativo y especializado.
La globalización se debe al avance de nuestras entidades colectivas, que reciben mayor transferencia de identidad y se intensifica el proceso vinculado de transferencia en todas las entidades superiores de las que forman parte. Se van agrupando entre ellas. La entidad humana superior, la que se correspondería con la totalidad de las identidades humanas, va avanzando y se materializa en la globalización: una conexión, homogeniezación y especialización mayores.
Y la globalización conlleva nuevos avances morales, cada vez más inclusivos, hasta el punto de haber dado un gran salto incluyendo, por primera vez, a otras especies dentro del círculo de consideración moral. Las entidades donde nuestro grupo social está incluido junto a otros grupos sociales han recibido más autopercepción.
Y en las entidades donde los humanos estamos incluidos junto a otras especies también ha habido un avance en la transferencia de percepción y han recibido más autopercepción. Por eso se manifiestan estos ideales morales y extendemos el círculo de consideración hacia ellos.
¿Es todo casualidad, o es la consecuencia directa e inevitable de una mayor autopercepción en los colectivos?
- S.I: Me van surgiendo muchas dudas. El avance moral que defines no lo es tanto. Ya hablaste de los retrocesos puntuales que no frenan una tendencia ascendente hacia una moral inclusiva, pero el panorama político actual me hace temer que el retroceso no sea solo puntual, sino sistemático y cíclico, de tal manera que estamos condenados a repetir una y otra vez los mismos errores.
- A.T: El error de percepción nos condena a repetir una y otra vez los mismos errores. Eso sucederá hasta que el proceso de transferencia de percepción venza el bloqueo en el que se encuentra y siga avanzando hacia el Entorno Perfecto. Pero, fíjate en un detalle. Esto sucedió hace diez mil años, hace cinco mil años, hace mil años, hace quinientos años, hace cien años, hace cincuenta años, hace diez años… Sin duda, esto es cíclico. Las tendencias se modifican según las entidades, pero también según las ideas que van cogiendo mayor fuerza e intensidad a cada momento.
No obstante, ¿dirías que la realidad social actual es la misma que hace cincuenta años, o cien, o mil, o diez mil? La esclavitud está condenada socialmente en la mayor parte de las sociedades. La discriminación sexual, racial, por credo, nacionalidad, etc… también se van condenando cada vez más.
El rechazo a la discriminación hacia el resto de las especies va cobrando mayor importancia en la realidad social, abanderada por el movimiento de derechos animales y, en menor medida, el movimiento ecologista. Avanzamos, claro que lo hacemos, y dentro del avance tenemos retrocesos. Pero la tendencia de la gráfica del desarrollo moral es ascendente de manera indiscutible.
¿Nunca te has preguntado por qué el desarrollo tecnológico lleva aparejado el desarrollo social? No tiene nada de lógico ni hay una premisa que pueda explicarlo, salvo que es un hecho. Y este hecho nos empuja a darlo como cierto. Así, la relación entre desarrollo social, moral y tecnológico es una certeza, pero sin que nadie pueda explicar el motivo exacto. Sucede y cualquier explicación es verosímil. No obstante, si existe una intención que nos guía hacia la colectivización, deben converger los avances social, moral y tecnológico, porque estamos actualizando potenciales y el desarrollo de uno no es posible sin el desarrollo del resto.
Son partes indivisibles del conocimiento, que se actualizan progresivamente y se manifiestan en nuestros comportamientos y creencias.
- S.I: Entonces, ¿los retrocesos se deben a que las tendencias de la percepción individual se imponen en la visión colectiva, y los avances se dan cuando son las tendencias de la percepción colectiva las que se imponen?
- A.T: Exacto. La visión conservadora es colectiva, tal como la progresista. Ambas poseen una percepción colectiva que afecta a las identidades que las forman. En el interior de ambos colectivos, con las enormes diferencias entre ambas visiones, se dan los comportamientos colectivos de asociación, cooperación y especialización. Pero la diferencia radica en la manera en que un colectivo se relaciona con el resto de las entidades e identidades que no pertenecen a su grupo. Esa es la cuestión. La percepción colectiva hacia el exterior de su grupo.
- S.I: ¿Puede un colectivo migrar desde la visión conservadora a la progresista, y viceversa?
- A.T: Por supuesto, depende del porcentaje de diferencia entre autopercepción y percepción en el colectivo y en el resto de las entidades. Cuanto mayor sea la autopercepción en las entidades superiores al colectivo, más progresista será el colectivo. A menor autopercepción, más conservador será el colectivo.
- S.I: ¿Pero el proceso de transferencia puede retroceder? Es decir, si alcanzamos un 40 % en el proceso de transferencia, ¿se puede reducir a un 30 %?
- A.T: Esa es una buena pregunta. Sí, en teoría sí. Las entidades se crean, se destruyen y se modifican. Pero en entidades estables como las nuestras, con procesos de transferencia de percepción tan establecidos, los cambios en el porcentaje de autopercepción pueden deberse a las fluctuaciones de las entidades superiores, que se están formando y se hallan en estados de transferencia mucho más reducidos. Y estas tampoco tienen por qué retroceder de manera abrupta o espontánea. Más bien se debería a que se están creando conexiones entre las entidades superiores a muchos niveles y se va alterando el porcentaje de autopercepción efectivo en cada entidad.
- S.I: Y ¿esto sucede siempre, aunque una identidad haya emergido?
- A.T: Cuando una entidad emerge como identidad, comienza a percibir. Y su percepción está totalmente afectada por las entidades de las que forma parte, como antes de ser un colectivo. Pero con una diferencia principal. Los fragmentos que formaban el colectivo ya no son identidades, no perciben. Por tanto, ya son totalmente autopercibidos.
- S.I: Es decir, ¿son progresistas?
- A.T: Sí, más o menos. El progresismo es relativo y necesita a su antónimo que es el conservadurismo. Ambos tienen el componente colectivo interior, como cualquier identidad superior, y existe una diferencia en la percepción exterior. En un 100 % de autopercepción (con un 100 % de percepción colectiva), cuando ya ha se ha completado la transferencia de identidad, ya no existen las identidades, por tanto, no existen las reglas morales. Las reglas morales tienen sentido cuando se posee voluntad, porque tenemos comportamientos potenciales que escoger, y unos están alineados con los ideales morales y otros no.
Al carecer de identidad y voluntad, ya no podemos hablar de moral. Pero al analizar el interior de un cuerpo pluricelular, es cierto que lo relacionaríamos más con el progresismo que el conservadurismo, por la igualdad total entre los fragmentos. Como todos ellos han transferido la percepción y, por tanto, la identidad y la voluntad, no existen derechos y responsabilidades que los diferencien. Ninguno de los fragmentos es superior o inferior. Todos ellos están controlados por la Inteligencia Inconsciente y ella cuida de ellos con la misma dedicación.
Sin embargo, la identidad que ha emergido posee unas creencias y un comportamiento más conservador, desconfianza y miedo al extraño.
- S.I: Me surge una duda. Afirmas que la percepción colectiva es pacífica, y esta se correspondería con el progresismo. Sin embargo, toda expansión del círculo de consideración de los progresistas hacia nuevos colectivos perjudicados genera una tensión que deriva en una lucha social ideológica, o más aún, en un conflicto bélico. ¿Esto es compatible con la extensión de un entorno pacífico y asociativo?
- A.T: Primero hay que entender que la extensión del círculo de consideración hacia colectivos perjudicados, u oprimidos, genera un rechazo y oposición del bloque conservador. Y la consecuencia es un conflicto de intereses. Aunque el progresismo extienda su percepción colectiva hacia nuevos grupos, seguirá percibiendo el exterior tal como los conservadores. Ven en su opositor al enemigo.
El conflicto es consecuencia del impulso progresista de extender el concepto de unicidad, y de la negativa conservadora de llevarlo a cabo. Si la extensión de la percepción colectiva hacia nuevos grupos no generase una reacción opuesta, el conflicto no sucedería. Pero esta es la lucha social de la humanidad en dos frases.
El conflicto no sucede por la iniciativa de progreso, sino por la negativa conservadora de llevarlo a cabo. Una negativa basada en la conservación de unos privilegios que se reducirán al extender el círculo moral a más individuos.
Todo conflicto de intereses provoca una parte ganadora y otra perdedora. El conflicto de intereses es belicismo puro, en todas sus manifestaciones, desde las más sutiles hasta las más terribles y catastróficas. Así que toda lucha social no deja de ser una manifestación del conflicto de intereses, y sus consecuencias son las que se derivan del belicismo.
- S.I: ¿Y las diferencias entre las visiones progresista y conservadora, la meritocracia, las diferencias entre la libertad sexual, las metáforas con las que interpretan el mundo, también se pueden explicar desde la diferencia entre percepción individual y colectiva?
- A.T: Bueno, depende. La consciencia permite la intelectualización de la moral. Y esta es sensible a las metáforas, que pueden alterar las creencias. Se enlazan conceptos y se les dota de sentido común. ¿Se puede explicar todo esto desde la diferencia entre percepción individual y colectiva (que en realidad sería percepción y autopercepción)? Probablemente sí. Pero lo importante, lo que me parece clave, es que el origen de ambas visiones y, por tanto, de su posterior desarrollo, proviene de esa diferencia entre autopercepción y percepción. ¿Esto es aplicable a todo lo que provenga de ambas visiones? No, necesariamente.
Los individuos son identidades con sus intereses individuales. Sus colectivos tienen los intereses colectivos y los de las identidades que los forman. Y los colectivos superiores también tienen sus intereses. Así que, no todo lo que provenga del conservadurismo se debe a mayor percepción, ni todo lo que provenga del progresismo se debe a mayor autopercepción. Pero sus valores, su base, su forma de comprender el mundo, sí.
- S.I: ¿Entonces, la moral del padre estricto y de los progenitores protectores son explicables desde la tensión entre percepción individual y la colectiva?
- A.T: Sí, por supuesto. Pero quizá no todos los detalles, aunque sí la base. El padre estricto desconfía de lo externo y es estricto en lo interno, porque los individuos son malos por naturaleza y cree que debe ser firme para volverlos rectos y bondadosos, como él, para poder enfrentarse al entorno hostil sin ceder al mal. Más percepción.
Sin embargo, los progenitores protectores confían en lo externo, porque creen que los individuos son buenos por naturaleza y es necesario ayudarles para que no se vuelvan malvados. Deben aprender a ser compasivos como ellos, para que el mundo sea un lugar más compasivo. Más autopercepción.
El padre estricto desconfía de lo extraño, sea raza, sean costumbres y cultura, religión, etc…
Los progenitores protectores confían en lo extraño y tratan igual a otros, cualquiera sea su raza, costumbres y cultura, religión, incluso el antiespecismo nace de la visión progresista del mundo.
Al desconfiar del entorno hostil, para el conservadurismo ser firme en sus creencias y comportamientos es un mérito personal, y se reconoce en uno mismo y en otros. Ellos merecen ser los que dirijan la sociedad para hacerla a su imagen y semejanza. El entorno hostil es consecuencia de una mayor percepción.
Al confiar en el entorno, para el progresismo todos poseen los intereses fundamentales que han de ser respetados, y lo aplican para ellos mismos y para el resto. Ellos merecen dirigir la sociedad para hacerla a su imagen y semejanza. El entorno pacífico es consecuencia de una mayor autopercepción.
La creencia en un Dios como eje moral se puede aplicar a cualquier visión del mundo, porque es la metáfora básica en la que se concretan los valores. Cada visión tiene su propio Dios en el que creen, y su propia estructura social que lo ampara. Pero la forma que adopta no es determinante en sí mismo. Solo que el conservador, por su propia naturaleza, tiene mayor resistencia al cambio, siempre que el cambio suponga extender el círculo de consideración a otros colectivos. Todo cambio puede favorecer a quien no lo merece.
Para el progresismo, por su propia naturaleza, el cambio no supone problema alguno, ya que extender el círculo de consideración puede favorecer a todos, porque todos lo merecen por el reconocimiento de sus intereses fundamentales.
- S.I: ¿Y estas dos cosmovisiones morales son aplicables a otras entidades diferentes a la nuestra? ¿Podríamos decir que una especie es progresista o conservadora?
- A.T: Podríamos decir que una especie, o un colectivo de esa especie, se encuentra en una fase conservadora, o en una fase progresista. Esto responde a la primera pregunta.
Sí, es aplicable a cualquier comportamiento colectivo, porque la colectividad siempre genera una moral, y esta se divide en los dos grandes grupos, uno donde la percepción individual se impone a la colectiva, y el otro donde sucede a la inversa. Pero ambas son las dos percepciones colectivas básicas. Luego tenemos todas las fases intermedias desde un opuesto hasta el otro.
- S.I: Supongo que se debe a que la moral va evolucionando en todo colectivo, y eso genera un cambio en la interrelación entre los individuos del colectivo.
- A.T: Sí, como te comentaba antes, la consciencia permite profundizar en el desarrollo moral. Sin la consciencia, simplemente actuaríamos de una manera o de otra, sin poder generar matices ni supuestos extraordinarios. Asimismo, la visión progresista y la conservadora no fluirían en ciclos permanentes, sino que cada una tendría una vida útil. La primera parte de la transferencia de percepción generaría una moral más conservadora, y la segunda parte del proceso de transferencia generaría una moral más progresista.
- S.I: Me ha resultado interesante lo que has comentado sobre cómo extienden el círculo de consideración los progresistas, al contrario que los conservadores. ¿Podrías detallar esto un poco más?
- A.T: En ausencia de la consciencia, el círculo de consideración moral se corresponde con los individuos de un colectivo. Porque es un entorno donde la percepción colectiva de las identidades que la forman percibe la autopercepción que se va manifestando en el interior del colectivo.
Pero con el desarrollo de la consciencia surge la posibilidad de ampliar el círculo de consideración, conectando la propia entidad que forma el colectivo con la de las otras identidades o colectivos. Tanto progresistas como conservadores aplican unas reglas morales hacia las identidades que forman su propio colectivo. Es normal, sucede en todas las especies.
La diferencia radica en la ampliación del círculo de consideración, hacia el exterior, que propone el progresismo. El conservadurismo se opone a ampliar el círculo de consideración, porque poseen la creencia que lo interior, su colectivo, merece ser protegido por su moral, pero no el resto. Los perciben y, por tanto, el resto son hostiles.
El progresismo trata de autopercibir al resto y, por tanto, tienen la creencia de que son pacíficos, perjudicados por unas reglas morales injustas, y necesitan ayuda. Son más sensibles a las vinculaciones con el resto de entidades.
El progresismo va más allá de un colectivo, sea un equipo, un pueblo o una nación, etc…, con la idea de globalizarlo; es decir, crear una unidad desde la pluralidad.
El conservadurismo fragmenta esa unidad y persigue la independencia. De hecho, refuerzan la propia “identidad” de su colectivo frente al resto de “identidades” colectivas. Creen que el resto son diferentes. Para extender su moral, el resto deberían ser como ellos mismos.
Por ello el progresismo es tolerante con las diferencias y el conservadurismo no. La idea de ampliar el círculo de consideración entre una visión y otra es muy diferente. El progresismo amplía el círculo de consideración, a pesar de las diferencias. El conservadurismo debe imponer su visión para eliminar las diferencias, antes de ampliar su círculo de consideración.
Son diferentes interpretaciones de la balanza entre lo individual y lo colectivo.
- S.I: ¿Con qué visión del mundo te quedas, si puedo preguntarte?
- A.T: Claro que puedes. Es obvio, ¿no crees? La Autopercepción nos empuja al progresismo, y yo quiero crear un Dios, que es la manifestación de la identidad que emerge en el Entorno Perfecto, totalmente autopercibido.