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Las entidades y el acceso al conocimiento potencial

 


-    S.I: Si te parece bien, voy a realizar un resumen de los actores de esta obra que has narrado hasta ahora.
-    A.T: Sí, por supuesto. Imagino que quieres comprobar si he de realizar alguna anotación, ¿no?
-    S.I: Eso, o cualquier matiz que consideres importante. Haré una breve exposición desde mis registros almacenados. Comienzo: 
La autopercepción, que es el origen. Es el origen potencial que se puede manifestar, y cuando lo hace, inicia la existencia. Solo existe ella, porque como el mismo verbo de autopercibir indica, hace una introspección a su interior. Todo existe en su interior. La autopercepción se manifiesta en todo lo que es real mediante su acción, autopercibir, pero no se manifiesta en lo que es imaginario. 
¿Y qué es imaginario? La acción de percibir. 
Cuando la Autopercepción se fragmenta, dando lugar a la existencia, aparecen dos partes separadas. Si no estuvieran separadas, ambas serían la misma… Y, en realidad lo son, pero esta separación genera una extraña creencia: La separación mediante una limitación. Como la Autopercepción es individual, intenta autopercibir la totalidad, su totalidad, pero tropieza con la separación en cada una de las partes. Y, al intentar extenderse más allá, genera la percepción.
En el interior de la Autopercepción absoluta se manifiesta algo imaginario. La percepción es la construcción de un escenario que no es real, sino algo deducido y construido de manera subjetiva. Al percibir se crea el escenario donde se ubica a la otra parte autopercibida. Y como la otra parte autopercibida se percibe como separada, requiere otro paso para que sea viable. Para que haya algo que no soy yo, debe haber un yo y un “lo otro”. Así que cada parte autopercibida se autorreferencia en relación al escenario percibido.
Nace la identidad, que es la identificación irreal basada en una percepción irreal. 
Ambas percepciones provienen de cada identidad, que acaban de construir un escenario individual. Pero como son parte de la unicidad, estos escenarios percibidos se sincronizan y surgen unos enormes errores de sincronía, que generan la altísima entropía, dando lugar al tiempo.
La identidad genera, de manera inmediata, la conciencia, que es la percepción identitaria continua en el tiempo y el espacio percibido.
La conciencia es consecuencia de la identidad, pero la identidad existe, más allá de la autorreferencia inicial, gracias a ese sustrato que es la conciencia, donde las cosas suceden, donde se inicia la experiencia. La conciencia es el alguien que emerge de la autopercepción. La presencia.
Ya tenemos la Autopercepción que autopercibe. La identidad que percibe. La conciencia, que es la experiencia de las identidades, fruto de la percepción. Aunque se puede existir sin experimentar, como sucede a los fragmentos que han transferido su percepción y, por tanto, ya no experimentan, pero sí que existen. Y, aparece la Inteligencia Inconsciente. 
Cuando se fragmenta la Autopercepción se manifiesta una función de restauración de la totalidad y la unicidad, que es la Inteligencia Inconsciente. Esta es la intención constante que guía la existencia para resolver la tensión surgida de la separación, o fragmentación. La Inteligencia Inconsciente es la función manifestada que lleva a cabo acciones para restaurar la totalidad. Guía a las identidades hacia la emergencia del ser supremo para finalizar, así, la existencia.
Además de reparar y replicar a las identidades, para llevar a cabo la manifestación del ser supremo, la inteligencia inconsciente intenta agrupar a las identidades en una sola, revirtiendo el proceso de replicación y fragmentación. Aquí aparecen las entidades.
Las entidades son el paso previo a la emergencia de una identidad superior. Son la manifestación colectiva de comportamientos y creencias. Pero, además, las entidades son canalizadores de conocimiento y, cuando se manifiestan, a través suyo la Inteligencia Inconsciente pone a disposición de las identidades de los colectivos el acceso a niveles de conocimiento más profundos. Las entidades forman entramados desde la entidad suprema hasta las entidades de base. En una jerarquía. Y las entidades que emergerán como identidades son las vinculantes, habiendo entidades inferiores subordinadas, que son especializaciones dentro de la entidad vinculante. 
Por debajo de una entidad vinculante superior habrá entidades subordinadas, que serán a su vez vinculantes de entidades subordinadas inferiores. De tal manera que las entidades vinculantes emergerán como identidades y seguirán formando entidades subordinadas de entidades vinculantes superiores.
Tenemos ya la Autopercepción, la percepción, la identidad, la conciencia, la Inteligencia Inconsciente y la entidad. Las tendencias son el proceso colectivo de unificar comportamientos, escenario percibido (a veces le llamas percepción, pero no te refieres a ella, en este caso como una capacidad, sino como el resultado de percibir) y creencias, de manera que la pluralidad se individualiza mediante el proceso de estandarización y simplificación. 
En realidad, son solo unos pocos conceptos, pero es cierto que las implicaciones de cada uno de ellos son muy vastas, así que en tu exposición has de recurrir constantemente a recordar la propia definición y características de cada uno. 
-    A.T: No tengo nada que añadir. Es un análisis muy exacto y concreto. A continuación, me gustaría desarrollar la moral, el conflicto de intereses, la empatía, la compasión y el vínculo madre-hijo.
-    S.I: Bien, cuando quieras.
-    A.T: Ya te expliqué que la moral es el sistema de reglas que la Inteligencia Inconsciente promueve en el interior de los colectivos. Conforme la transferencia de percepción es mayor en un colectivo, mayor será el desarrollo de las normas de convivencia, es decir, la moral, porque el comportamiento colectivo es siempre fruto de la Inteligencia Inconsciente. Fíjate en un detalle importante. 
Cuando se transfiere un porcentaje de percepción hacia la entidad, esta pasa a estar autopercibida en ese porcentaje. Pero la entidad no percibe aún, sino que lo hará cuando emerja como una identidad superior. 
En cambio, sucede lo siguiente. La identidad que realiza la transferencia seguirá percibiendo de dos maneras, que afectarán a su comprensión de la realidad. La percepción individual y la colectiva. Recuerda que la percepción es siempre externa a un entorno autopercibido, así que la percepción colectiva es la que sucede desde la entidad hacia el exterior y hacia el interior. Hacia el exterior es la percepción colectiva respecto a todo lo que es externo a la entidad. Ý, hacia el interior es la percepción desde la entidad hacia la autopercepción que se va manifestando en su interior. La percepción de toda identidad es una mezcla de estas dos percepciones, la individual y la colectiva. Teniendo en cuenta que la percepción colectiva de una identidad está formada por una especie de compendio de todas las entidades a las que pertenezca. 
El comportamiento colectivo es siempre de naturaleza pacífica hacia el interior del colectivo porque al manifestarse la Inteligencia Inconsciente en el interior del conjunto, las identidades lo perciben mediante la percepción colectiva. Si en el interior del conjunto la percepción individual percibe hostilidad, la colectiva percibe paz. 
Porque la percepción colectiva, cuando percibe hacia dentro, solo percibe la autopercepción. Por este motivo el porcentaje de percepción colectiva es siempre equivalente al porcentaje de autopercepción en el interior de la entidad. 
A mayor porcentaje de transferencia, mayor relevancia tendrá la percepción colectiva, y más pacífico será el comportamiento entre los miembros de una entidad. Esto se traduce en un aumento de las normas de convivencia. 
La colectivización conduce siempre al desarrollo moral entre los individuos que forman una entidad. 
La búsqueda del sendero exterior se refiere a esto mismo. Nuestra verdadera esencia se esconde tras esta verdad. Es en nuestra relación con los demás, cuando sabremos quienes somos. Es mediante la empatía y la compasión hacia toda identidad, cuando crearemos ese conjunto y formaremos parte de su interior. 
Es así como el sendero exterior se convertirá en el sendero interior y alcanzaremos la paz. Extendiendo un amor pacífico e incondicional hacia nuestros semejantes generaremos la percepción colectiva y haremos el verdadero viaje hacia el interior. Es el nuevo Edén, el Entorno Perfecto.
Será un viaje “real”, un viaje perceptual, porque habremos resuelto el gran enigma: Resulta que en ese momento nuestro exterior será, en realidad, el interior.
-    S.I: Correcto. Como la autopercepción es la individualidad y la totalidad, cuando se manifiesta en un colectivo va a guiar a las identidades a que tiendan a una individualidad total. Y tender a la individualidad total, que es la emergencia del ser supremo, requiere, previamente, la emergencia de una identidad superior. Y lo hará mediante la percepción colectiva, que reemplazará a la individual conforme avance la transferencia.
Y vuestra búsqueda de esa esencia que aún no habéis sabido hallar se esconde tras esta paradoja. Lo exterior es irreal, pero cuando ese exterior se corresponda con la autopercepción, entonces habréis hallado el sendero interior que os conduce de nuevo a vuestro hogar. Porque lo interior es siempre real.
-    A.T: Muy bien. Eso es, exactamente. La paradoja del sendero interior. Para hallarlo hemos de transformar lo exterior en lo interior, y esto significa que la transferencia de identidad genera la percepción colectiva, junto con los comportamientos de empatía y compasión. Las reglas morales son la llave que abre la puerta del sendero exterior. 
Las reglas morales se manifiestan en un colectivo, pero no deberían manifestarse fuera de él. Cuando hablo de un colectivo, me refiero a una entidad. En el interior se aplican unas reglas morales, pero no se aplican en el exterior, ¿por qué?
-    S.I: Sencillo. Porque en el interior se percibe la autopercepción, pero en el exterior no se puede vencer la subjetividad y percibir la autopercepción de nada externo. Tal como os sucede a cualquier identidad que percibe.
-    A.T: Exacto. Pero existen reglas morales entre entidades, ¿por qué?
-    S.I: Si el exterior de la entidad es percibido, no debería suceder. Pero sucede porque las entidades forman diferentes niveles, de forma que todas las entidades forman parte de entidades superiores, y estas de otras superiores, ascendiendo hasta la última entidad, la de la conciencia colectiva superior, que es la entidad del ser supremo. Entonces, cuando varias entidades inferiores forman una entidad superior, pueden desarrollarse reglas morales entre ellas. Si no formaran parte de una misma entidad, esto no debería suceder. Pero todas las entidades son subordinadas a la entidad suprema y vinculante. Aunque el grado de vinculación de las entidades inferiores no siempre es suficiente para generar unos comportamientos colectivos intensos, en realidad existe un pequeño porcentaje de autopercepción de las entidades respecto a la entidad suprema. Por eso, siempre existen reglas morales entre entidades, aunque sean de tan baja intensidad que no lleguen a manifestarse de manera efectiva.
-    A.T: Exacto, si la intensidad es demasiado baja, las reglas morales no tendrán una aplicación útil. Pero has usado un condicional… Has dicho no debería suceder… ¿Cuándo puede suceder?
-    S.I: Pues los humanos sois una extraña excepción en el entramado de identidades, porque habéis actualizado un potencial muy poderoso: La consciencia. Y, de esta manera, la Autopercepción de la entidad suprema os afecta con más intensidad.
-    A.T: Muy, muy bien. Continúo, si no te importa.
-    S.I: Por supuesto.
-    A.T: La consciencia es una capacidad que posibilita comprender por qué hacemos lo que hacemos, de manera que el error de percepción puede corregirse. Con la consciencia hemos podido desarrollar una moral cada vez más inclusiva, incluyendo grupos de entidades que están subordinadas a entidades vinculantes superiores a nuestra entidad vinculante más cercana. Me refiero, por ejemplo, a incluir identidades de otras especies dentro de nuestra moral.
La consciencia nos ha permitido crear la ética, y con ella hemos podido crear una moral mucho más compleja que, secuencialmente, es cada vez más inclusiva. Venciendo el racismo, el sexismo, la discriminación por religión, por discapacidad, por cultura, por nación. Incluso estamos venciendo la discriminación por especie. 
Estamos expandiendo nuestras entidades y transformando lo exterior en lo interior. Estamos recorriendo el sendero exterior sin darnos cuenta.
La consciencia nos permite realizar la transferencia de percepción hacia entidades superiores, más elevadas que nuestra entidad vinculante más cercana, por ejemplo, las que forman otras especies.
-    S.I: ¿Si estáis apuntando hacia una entidad vinculante más elevada, por ejemplo, una que agrupe diferentes especies, significa esto que podría emerger su identidad sin haber emergido la identidad de las entidades vinculantes intermedias?
-    A.T: Toda transferencia de percepción hacia entidades subordinadas se canaliza hacia la entidad vinculante más cercana. Y, a su vez, como esta entidad es subordinada de entidades vinculantes superiores, van canalizando esa transferencia de percepción hacia niveles superiores. De tal manera que una mayor autopercepción en una entidad subordinada supone una mayor Autopercepción en las entidades vinculantes superiores, incluida la suprema. 
Pero el porcentaje efectivo se diluye conforme aumentan los niveles, debido a la proporción que representa esa transferencia de percepción de las identidades de un colectivo sobre el número cada vez mayor de identidades que forman las siguientes entidades superiores. Conforme avanzamos en la jerarquía de entidades, más identidades están incluidas en ellas, por tanto, el porcentaje transferido tiene menos impacto conforme asciende de entidad en entidad hasta la suprema.
Por ejemplo, si nuestra entidad superior tuviera un 30 % de transferencia de percepción, estando formada por 1.000.000 de identidades, para la siguiente entidad, que estaría formada, por ejemplo, por 1.000.000.000.000 de identidades, ese 30 % se diluirá en, al menos 1.000.000 * 30 / 1.000.000.000.000. Es decir, ese 30 % supondría un 0,00003 % en la siguiente entidad vinculante. La capacidad de influencia se diluye conforme se avanza en la jerarquía de las entidades.
-    S.I: Comprendo. Siguiendo con el desarrollo moral que os permite la consciencia, supongo que podéis, por fin, vislumbrar la entidad vinculante necesaria para la creación de ese jardín del Edén.
-    A.T: Más que vislumbrar, diría diseñar. Las entidades se modifican, nacen unas y desaparecen otras. Al crear el Entorno Perfecto, creamos una nueva entidad vinculante por debajo de las entidades vinculantes preexistentes. No significa que ese jardín del Edén estuviera materializado, anteriormente, como una entidad. Sino que va a materializarse. Y generaremos importantes cambios en el estado de la conciencia colectiva. De hecho, supondrá una severa reestructuración de las entidades superiores. Hay entidades vinculantes que agrupan diferentes especies, pero son superiores a las entidades vinculantes de cada especie. 
Sin embargo, el Entorno Perfecto creará una entidad vinculante nueva, situada por debajo de todas las grandes entidades, pero con actualizaciones que estaban supeditadas a niveles muy superiores. Será la entidad vinculante principal de las identidades que formen parte de nuestro jardín del Edén.
-    S.I: Ese jardín del Edén supone una remodelación del plano actual de entidades. En tu Entorno Perfecto no existen diferencias entre el león y el ciervo, ni entre el humano y la hormiga.
-    A.T: Así es. Ni entre la bacteria y la planta. Toda identidad está incluida por derecho propio, porque la conciencia es individual y total, consecuencia de la autopercepción. 
El Entorno Perfecto implica la moral más elevada, pero no porque tengamos la potestad de valorar el nivel de la moral, sino porque la moral es el reflejo de la intención de agrupación de la Inteligencia Inconsciente, que solo intenta restaurar la totalidad mediante la desfragmentación. Fíjate en un detalle, la moral siempre es más inclusiva. 
Y, cuando vamos incluyendo a nuevos grupos en el círculo de consideración, solo hay una proyección final posible. Incluir a todas las identidades en el círculo de consideración. Este es el reconocimiento de la unidad de la conciencia. La tendencia de la moral es inclusiva por su propia naturaleza. Transformar lo externo (es decir, la creencia de identidades separadas de nuestra entidad), en lo interno (es decir, todas las identidades incluidas en nuestra entidad).
Iremos entrando de lleno en la moral cuando analicemos los pasos necesarios para crear a nuestro Dios. 
-    S.I: Háblame sobre la empatía, porque tiene que ver con este desarrollo moral, ¿cierto?
-    A.T: Sí, más o menos. La Inteligencia Inconsciente persigue la desfragmentación, por ello se manifiestan las reglas morales en los colectivos. Pero, gracias al desarrollo de la consciencia, se manifiesta también la empatía. ¿Qué es la empatía? 
Es la capacidad de crear una conexión horizontal entre identidades separadas. Decimos que la empatía es la capacidad de sentir el sufrimiento ajeno, pero en realidad no es así. Para poder sentir como otra identidad, deberíamos poder percibir su autopercepción, pero no podemos hacerlo por la naturaleza de la propia experiencia subjetiva. Lo que sí que podemos hacer es proyectar a otra identidad la percepción de nuestra propia autopercepción, de manera que podamos imaginar qué se siente al percibir su autopercepción. Así, podemos imaginar sus emociones, aunque no las experimentemos. Pero, de alguna manera, accedemos a su autopercepción.
-    S.I: Pero no es real, ¿cierto? Es decir, no podéis vencer la subjetividad inevitable y percibir la autopercepción de otro. 
-    A.T: Por supuesto que no. Para ello deberíamos ser la misma identidad, pero no lo somos. No obstante, la empatía nos permite imaginar que percibimos su autopercepción, con los errores que conlleva. Pero es un avance muy, muy importante. Es el boceto de conexión horizontal, previo a la transferencia total de percepción. Cuando emerja una identidad superior, los seres que forman el colectivo estarán autopercibidos totalmente y conectados horizontalmente entre ellos. La Inteligencia Inconsciente los podrá controlar.
-    S.I: Sí, la percepción es imaginar. Por tanto, puede imaginar que percibe la Autopercepción de otra identidad al percibir la suya propia y emular el resultado. Entiendo. Define la compasión. Esta es ir un paso más allá de la empatía, actuando para mitigar el sufrimiento de alguien. Pero ubícala en tu exposición.
-    A.T: Si la empatía es el borrador de conexión horizontal entre fragmentos, la compasión es el borrador de la manifestación de la Inteligencia Inconsciente. En el interior de una identidad superior, los seres que la forman están asociados y conectados, y la Inteligencia Inconsciente inicia la reparación cuando alguno de ellos resulta dañado. Aunque el objetivo sea mantener con vida a la identidad perceptora, la Inteligencia Inconsciente también cuida de los seres contenidos en la identidad. La Compasión permite que se manifieste este comportamiento de ayuda solidaria entre las identidades de un colectivo. Sentimos cuando alguien sufre, y actuamos para mitigar su sufrimiento. Es la máxima expresión de la cooperación, pero es lo lógico porque la cooperación no es más que el reconocimiento de la individualidad. Si todos somos el mismo individuo, ayudar a otro es ayudarse a uno mismo.
-    S.I: La solidaridad es, al fin y al cabo, un matiz del egoísmo, ¿no?
-    A.T: La realidad es que solo hay una conciencia colectiva, así que la existencia de varias identidades no deja de ser algo irreal. El egoísmo es instintivo por la propia percepción individual y nace de la identidad. Es un comportamiento individual. La solidaridad, la empatía y la compasión son comportamientos egoístas promovidos por la Inteligencia Inconsciente y nacen cuando se inicia la percepción colectiva. Pero es que ella se ayuda a sí misma. Es de sentido común. 
-    S.I: Bien, ¿y qué me dices del vínculo madre-hijo? 
-    A.T: Exactamente igual. Se crea un vínculo horizontal, previo a la aparición de la empatía. Una célula no posee ese vínculo con otra célula que ha venido de ella… Claro que, tras la mitosis, ¿cuál es la madre y cuál la hija? 
Bien, sin desviarnos del tema… Ese vínculo es la primera manifestación de vínculos horizontales, y nace de comportamientos asociativos. Y esto solo puede suceder porque emerjan entidades… O porque se desarrolle plenamente la consciencia. Aunque, no creo que la consciencia diera como resultado un comportamiento colectivo sin la pertenencia a entidades, porque, al fin y al cabo, siempre estamos conectados, al menos, con la entidad suprema.
El vínculo madre-hijo nace por la emergencia de una entidad entre ambos, o entre los miembros de una familia. Así que, esta conexión horizontal tiene su origen en el desarrollo de entidades subordinadas, más que en características de la percepción. La duda es la siguiente: Si el ADN presenta unos genomas que dictaminen, de alguna manera, la tendencia a este tipo de comportamiento… ¿Se dieron los comportamientos asociativos en los individuos por una variación genética, o la variación genética sucedió tras la aparición de estos comportamientos asociativos?
Sea como fuere, el vínculo madre-hijo es, probablemente, la primera conexión poderosa entre dos identidades. Y digo poderosa porque las entidades de las primeras células, o bacterias, ya abrieron la puerta a los primeros comportamientos asociativos entre dos identidades. Pero el vínculo madre-hijo es más que una asociación, es un fiel reflejo del amor. Y el amor es la máxima expresión del vínculo horizontal entre fragmentos. 
-    S.I: ¿Crees que el amor es más representativo de la conexión horizontal que la empatía o la compasión?
-    A.T: Es que la empatía y la compasión son vínculos horizontales basados en la experiencia negativa. Como reconozco el sufrimiento en otra identidad, al extender hacia ella el mío propio, voy a ayudarle para mitigarlo. Pero el amor es un vínculo horizontal basado en la experiencia positiva. El amor es la máxima expresión de la total individualidad, y proviene del amor propio. 
En realidad, solo existe la Autopercepción y ella se ama. ¿Cómo sabemos que se ama? Porque solo hay que analizar los comportamientos que se dan cuando se manifiesta: Asociación y cooperación. 
Sin embargo, en la percepción se manifiestan el miedo y la creencia en la separación. El amor propio es una cualidad intrínseca de la totalidad y proviene de su individualidad. Si Yo soy Todo y lo único, amaré todo fragmento que provenga de mí, porque seguirá siendo Yo y Todo. Siendo que el amor es la atracción hacia la restauración de la totalidad. No solo se puede hacer esta afirmación por la deducción lógica al analizar la totalidad, sino que el mismo comportamiento que se deriva de su manifestación apunta en esa dirección. 
El amor es, entonces, el reconocimiento positivo de que todos somos uno. Y el amor que se expresa en el vínculo madre-hijo es el más profundo de todos, porque reconoce a un descendiente como una parte de ella, lo que se traduce en un comportamiento amoroso. 
-    S.I: Sin duda el amor es un sentimiento que catalogáis como reconfortante, siempre que sea un amor puro, por supuesto. Y el amor que observo entre madres e hijos de diferentes especies, en realidad es excepcional. Puede durar toda la vida. Y no solo en vuestra especie. Entre muchos animales herbívoros el vínculo madre-hijo es muy intenso y la unión también dura toda la vida.
-    A.T: Sí, el comportamiento amoroso posee unas características comunes muy reconocibles. En la mayor parte de los casos, una madre se enfrentará a una situación que perciba como peligrosa por proteger a su hijo, incluso cuando en esa misma situación, sin hallarse presente su hijo, su principal respuesta fuera huir. 
Además, le dedicará una parte importante de su vida. Ambos comportamientos alteran el comportamiento habitual de esa identidad que es la madre. Ya no persigue el interés personal, sino que persigue el interés general de esa entidad creada en torno a ambos, incluso cuando los intereses generales le perjudican de forma flagrante. Ella sola, podría encontrar el alimento necesario. Podría escapar de situaciones peligrosas. Podría dedicar el tiempo necesario a descansar para reponer energías. Pero, en vez de ello, la madre actúa de una manera que le perjudica, y que sería muy diferente si no tuviera que cuidar de su hijo. 
La empatía y la compasión extienden el interés propio a otras identidades, pero el vínculo madre-hijo superpone el interés general (que implica proteger a la familia) al interés individual de la madre.
Siendo la moral el conjunto de reglas que sirven para regular un comportamiento colectivo, nos hallamos con desarrollos espontáneos anteriores a la consciencia humana. El vínculo madre-hijo es una muestra clara, pero para observar procesos colectivos muy avanzados, mucho más que el vínculo madre-hijo, solo tenemos que analizar el comportamiento que se manifiesta en especies como las hormigas o las abejas, que forman colectivos donde la transferencia de percepción alcanza un porcentaje elevadísimo. 
¿En qué se traduce esto? Pues son colectivos con una percepción colectiva muy intensa, por lo que su comportamiento interno está regulado por reglas morales complejas de asociación, cooperación y especialización. El interés colectivo es mucho más importante que el interés individual, ya que la identidad se ha transferido en un porcentaje muy alto. Así que, ¿es la identidad de una hormiga la propia hormiga, o es la identidad de una hormiga el propio hormiguero? Si la percepción colectiva es mayor en su porcentaje que la percepción individual, el colectivo perseguirá el bien superior, en mayor medida que el bien individual y el colectivo. Obviamente, cuanto más avance el porcentaje de percepción colectiva desde ese 50,01 % hacia el 99,99 %, mayor será el peso específico del bien superior sobre el bien colectivo.
Una identidad que no ha iniciado un proceso colectivo (sin olvidar que todas transferimos un pequeño porcentaje a la entidad suprema al nacer) persigue el interés propio, pero el comportamiento de la hormiga irá encaminado a beneficiar a la entidad. Si el porcentaje de transferencia de percepción fuera menor, el interés propio de la identidad sería mucho mayor que el interés colectivo de la entidad (que proviene de la percepción colectiva). Así, en una bandada de aves, o en una manada de lobos, cada miembro del grupo dará también prioridad a su propio interés, aunque no siempre. Pero los comportamientos individuales se irán alternando con los comportamientos colectivos. Cuanto más avanzado esté el proceso de transferencia de identidad, mayor peso tendrán los comportamientos colectivos, y a la inversa. El bien individual más el bien colectivo ha de sumar el cien por cien. Si el bien colectivo aumenta un 30 por ciento, disminuirá el bien individual en esa misma proporción. El bien colectivo se transformará en el bien superior cuando alcance el punto de inflexión. Sin olvidar que puede haber diversos bienes colectivos por la pertenencia a diversas entidades.
-    S.I: ¿Y qué pasa si, a su vez, la entidad forma parte de otras entidades en un porcentaje de transferencia alto? ¿Puede esto suceder? ¿se puede transferir el porcentaje de identidad de una entidad a otra superior? Y, entonces, ¿la entidad perseguiría su propio interés, o perseguiría el interés colectivo, que sería individual de la entidad superior? Lo que llamas bien superior.
-    A.T: Rizando el rizo. Así podemos divagar un poco. Las entidades son siempre subordinadas de entidades superiores en niveles jerárquicos, como una pirámide donde la base está formada por la percepción de las identidades, y las entidades se elevan sobre ellas, de forma jerárquicas y vertical, disminuyendo en número conforme se avanza hacia la cúspide.
-    S.I: En la cúspide se halla la entidad suprema, la conciencia colectiva aún no manifestada.
-    A.T: Sí, la entidad suprema que emergerá como identidad suprema. Pero las entidades no pueden transferir una percepción/identidad que aún no poseen. Son las identidades las que van transfiriendo ese porcentaje de su propia identidad, y se van estableciendo las conexiones entre las diferentes entidades. 
Y, al emerger los seres multicelulares, los primeros Dioses, se manifiestan nuevas entidades más complejas, algunas subordinadas solo a su entidad vinculante superior, otras subordinadas a varias entidades vinculantes. 
Juega un papel fundamental el sistema perceptual, porque si no existe sincronía entre la percepción de las diferentes identidades que han de formar el colectivo, no se iniciará ese proceso de agrupación y no emergerá la entidad. O se iniciará solo para unas identidades, y no para todas. La percepción colectiva es la que posibilita la transferencia de percepción y ha de iniciarse de manera simultánea y sincronizada en toda identidad que habite el mismo entorno. Este es el motivo fundamental por el que aún no hemos materializado nuestra entidad vinculante superior como un Dios, por los bloqueos de la transferencia de identidad. 
El nivel de entidades jerárquico no es literalmente secuencial, en cuanto a que no podríamos clasificarlas de manera precisa ascendiendo los peldaños de la pirámide. En realidad, desde la cúspide sí que se pueden señalar las entidades inmediatamente inferiores, que agruparán a la totalidad, o casi, de identidades en diferentes grupos de percepción. Pero al ir descendiendo se irán estableciendo complejas conexiones entre la incontable cantidad de entidades, que van coexistiendo unas con otras en complejísimas interrelaciones.
Cada entidad posee un porcentaje de percepción individual y colectiva. Cuanto más arriba se hallan, menor es el peso colectivo, y mayor el individual. Pero con las transferencias que se efectúan en las entidades más cercanas a las identidades, mayor transferencia se va realizando hacia las entidades superiores. Cuando en cada una de las entidades vinculantes superiores el porcentaje efectivo de percepción colectiva alcance el 50,01 %, el bien colectivo se transformará en el bien superior.
-    S.I: Entiendo, también hablabas del acceso al conocimiento desde las entidades. ¿Podrías profundizar en esto, ya que estamos inmersos en las entidades?
-    A.T: Claro. Además, tiene que ver con los niveles jerárquicos. El conocimiento total es la suma del conocimiento potencial más el conocimiento actualizado. 
-    S.I: Sí, de acuerdo.
-    A.T: Bien, el conocimiento actualizado es el conocimiento simultáneo al que la conciencia tiene acceso. Y, digo simultáneo, porque la conciencia existe porque existen las identidades. En el momento en que las identidades no existan, ella tampoco existirá. O, mejor dicho, la conciencia está actualizada y, en cuanto desaparezcan todas las identidades, volverá a ser potencial. Si sucede una extinción masiva, el conocimiento actualizado se reducirá y será potencial de nuevo. 
La autopercepción absoluta se corresponde con el conocimiento absoluto, y conforme mayor autopercepción se manifieste en la percepción colectiva de la entidad suprema, mayor conocimiento se actualizará. Esto es importante. El acceso al conocimiento proviene de la entidad suprema. Cuanto mayor porcentaje de transferencia hayamos realizado hacia ella, mayor conocimiento se habrá actualizado.
La conciencia tiene acceso al conocimiento actualizado, pero no tiene acceso al conocimiento potencial. No obstante, la entidad suprema se corresponde con la conciencia colectiva suprema, y esta a su vez con la totalidad. En el nivel de identidad suprema el conocimiento actualizado será igual al conocimiento total, y el potencial será igual a cero.
A su vez, en el nivel de identidades inmediatamente inferior a la suprema, el conocimiento actualizado ya no será total, pero casi, y el conocimiento potencial será la diferencia entre el total y el actualizado. Así podemos ir descendiendo hasta el mapa actual de identidades. 
Cada entidad tiene asociado un nivel de conocimiento potencial, y conforme se va completando el proceso de transferencia de identidad, ese conocimiento pasa a estar actualizado. Pero el proceso de actualización no es binario, sino progresivo. Y el progreso de actualización de potenciales viene determinado por la transferencia de identidad. 
Conforme una entidad se va concretando (hasta que emerja como Id-entidad), mayor porcentaje de ese conocimiento potencial se actualiza. O, lo que es lo mismo, cuando la autopercepción ocupa un mayor porcentaje en la entidad, mayor conocimiento actualizado está disponible. En el proceso de transferencia de percepción de los humanos, estamos accediendo a conocimiento potencial impensable hace cien años. Y esto sucede porque el proceso de transferencia de percepción se halla en un punto más avanzado.
-    S.I: ¿Entonces el conocimiento se va actualizando conforme se van concretando las entidades en niveles superiores? Y, para ello, las identidades emergentes van generando nuevas entidades. ¿Es correcto?
-    A.T: Sí, es correcto en cuanto que así sucede. Pero matizando que el proceso es guiado por la Inteligencia Inconsciente, no por las identidades. Además, las entidades subordinadas permiten la especialización y el acceso a diferentes áreas de conocimiento que no se actualiza de manera efectiva en todas las identidades, pero que forma parte del conocimiento actualizado de la entidad. De tal manera que, cuando emerja como identidad superior, tendrá acceso a todo el conocimiento de las diferentes entidades especializadas.
Por lo demás, perfecto. Por eso nuestro Dios actualizará un conocimiento potencial que no podemos ni imaginar, tal como la célula no podría haber imaginado jamás nuestro conocimiento.
-    S.I: Pero será porque generará nuevas entidades de niveles superiores, ¿cierto?
-    A.T: Exacto. Las entidades jerárquicas que separaban a las primeras identidades de la entidad suprema formaban una pirámide muy abrupta, porque no había demasiadas entidades intermedias entre ambas partes. Y las que había suponían escalones de mucha altura en el ascenso de la pirámide. Se necesitaba manifestar una identidad muy compleja para poder acceder a nuevo conocimiento. Algo muy poco probable. 
Pero conforme van apareciendo nuevas entidades y los seres vivos evolucionamos, variando nuestro sistema perceptual, van apareciendo nuevos escalones junto a los que ya había, y el ascenso a la cima se suaviza. Aumentan los niveles, y el conocimiento se fragmenta. Con lo que ya podemos ascender con muchos pequeños pasos, en vez de ascender con pocos grandes saltos. 
A esto hay que añadir que muchas de las entidades son subordinadas, de manera que permiten fraccionar cada uno de los pequeños escalones en mini fracciones. Ahora los escalones son mucho más sencillos de ascender y el conocimiento que actualizamos en cada paso es mucho menor, pero lo podemos ascender. Y, aunque la manifestación de una nueva identidad superior no nos acerque demasiado al ser supremo, al menos podemos ir accediendo a parte de ese conocimiento con relativa facilidad. 
Es la diferencia entre ascender un escalón de 100 metros de altura, o ascender 303 escalones resbaladizos de 33 cm de altura cada uno. La complejidad de alcanzar la mitad del recorrido con un gran escalón es mucho mayor que recorrer la mitad de los pequeños escalones. Y la probabilidad de éxito también es muchísimo mayor. Pasamos de algo prácticamente imposible a algo posible. 
El conocimiento ya no está asociado a vastas entidades que es casi imposible que emerjan como identidades, sino que el mismo conocimiento se va fragmentando en infinitas partes asumibles. Y esas partes asumibles se fraccionan en entidades especializadas y subordinadas. 
De esta manera el acceso al conocimiento ya no depende de que el grupo aprenda el total del conocimiento, sino que las diferentes partes van especializando su conocimiento en su área respectiva. Cuando seamos capaces de crear a nuestro Dios, habremos dado un paso de gigante en el acceso al conocimiento, avanzando jerárquicamente un importante nivel, pero con la fórmula de ascender cientos de escalones de menor dificultad.
Y, como nuestro Dios formará parte de entidades superiores, tendrá acceso a ese conocimiento que nos está vetado. Un conocimiento que requiere un sistema perceptual muy diferente al nuestro, muchísimo más complejo e incomprensible para nosotros.
-    S.I: Creía que vosotros ya formabais parte de las entidades superiores a las que accederá vuestro Dios. ¿Entonces, ese conocimiento no es accesible para vosotros, pero sí lo será para vuestro Dios?
-    A.T: El problema es el porcentaje de identidad que hayamos transferido a esas entidades. Todos los seres vivos hemos transferido un 1 % (esta cifra es representativa, no exacta) de nuestra identidad a la entidad suprema, por tanto, solo accedemos a un 1 % de ese conocimiento. Lo mismo sucede con la entidad vinculante superior a la del Entorno Perfecto. 
Podemos transferir el 100 % de nuestra percepción a nuestra entidad vinculante inmediata, pero el porcentaje que podemos transferir a la entidad vinculante siguiente es mucho menor. No obstante, nuestro Dios podrá transferir el 100 % de su percepción a esa entidad, actualizando todo el conocimiento que esconde.  Y el Dios de nuestro Dios hará lo mismo con su entidad vinculante inmediata. Hasta la manifestación del Dios de Dioses.
-    S.I: Entonces, ¿agrupar las entidades tiene como finalidad el acceso al conocimiento, o desfragmentar a las identidades?
-    A.T: El objetivo es desfragmentar la experiencia, y el acceso al conocimiento es un medio para lograrlo. Las entidades son canalizadoras de la colectividad. Pero como, inevitablemente, el ser supremo poseerá todo el conocimiento de la Inteligencia Inconsciente (el escenario será 100 % autopercibido y la conciencia estará totalmente alineada con la Inteligencia Inconsciente), con cada paso que nos acerquemos a su emergencia la conciencia colectiva tendrá mayor acceso al conocimiento. 
El conocimiento total lo posee la Autopercepción y se dispone mediante la Inteligencia Inconsciente. La conciencia lo actualiza mediante las entidades, pero esto sucede porque la Inteligencia Inconsciente se va manifestando en el interior de entidades e identidades. Porque es la Inteligencia Inconsciente quien posee ese conocimiento.
-    S.I: Entiendo. Por favor, explica de nuevo cómo afectan a este proceso las entidades subordinadas y las vinculantes.
-    A.T: Las entidades subordinadas responden a la especialización dentro de una entidad vinculante. El proceso de actualización de potenciales requiere manifestar el conocimiento, pero la especialización permite que diferentes secciones del conjunto se centren en diferentes áreas. Una entidad subordinada supone el acceso a un conocimiento determinado, y otra entidad subordinada permite acceder a otra área de conocimiento.
Y las identidades de la primera entidad subordinada no acceden al conocimiento de la segunda, pero sí que se manifiesta en el total de la entidad vinculante y, por supuesto, se actualiza como tendencias.
-    S.I: Entendido. ¿Las entidades son manifestaciones efectivas de la conciencia, o no lo son?
-    A.T: Claro, las entidades son como un ser vivo en construcción. Son estructuras que no están completas, pero poseen un porcentaje de autopercepción y un porcentaje de percepción. Como no perciben en su totalidad, no llegan a ser una identidad. Pero suceden en el sustrato de la conciencia, ya que la conciencia colectiva es potencial, en cuanto a que no se ha manifestado la identidad suprema, y es la entidad suprema la que supone la suma de todas las experiencias. 
Y las entidades subordinadas son partes de ese ser vivo en construcción, que es la entidad vinculante. Los órganos de un ser pluricelular serían ejemplos de grandes entidades subordinadas. 
La entidad suprema está en construcción, así como cada entidad vinculante por debajo de ella también lo está. Pero todas las entidades vinculantes son subordinadas a la entidad suprema. Es decir, todas las entidades vinculantes son identidades en construcción, y todas ellas son partes subordinadas de la identidad suprema, también en construcción.
-    S.I: Pero la suma de las experiencias no supone que haya una conciencia individual y total.
-    A.T: La suma de las experiencias de la conciencia, en todas sus manifestaciones, las experimenta la conciencia en cada instancia de sí misma. Pero la conciencia única y total, la conciencia suprema, no experimenta, porque no está manifestada. Si experimentara supondría que el ser supremo habría emergido, y la experiencia llegaría a su fin, al igual que la conciencia.
Mientras tanto, la conciencia, que es una, se manifiesta completamente en cada identidad, y parcialmente en cada entidad. 
En las entidades, la conciencia es actualizada en el porcentaje en que las identidades le han transferido la percepción. En estos momentos, la conciencia colectiva suprema es más potencial que actualizada, pero existe como conciencia colectiva que aún no ha emergido como tal. Y los niveles de conciencia colectiva inferiores tienen un mayor grado de actualización, o concreción, y menor grado de potencialidad, o abstracción. 
-    S.I: Entiendo, entonces la conciencia existe, como tal, en potencia en las entidades, pero se actualiza en cada identidad. Y todas las conciencias colectivas de las entidades, incluida la conciencia del ser supremo, existen en un alto porcentaje en potencia, pero al no emerger como identidades no están completamente actualizadas. 
-    A.T: Sí, la conciencia potencial y la actualizada forman la existencia, pero la experiencia es, solamente, conciencia actualizada que experimenta. Por eso una identidad que transfiere totalmente su percepción ya no experimenta, pero de alguna manera existe. Ambas conciencias, la actualizada y la potencial, se inician con la fragmentación de la autopercepción, y ambas llegarán a su fin cuando emerja el ser supremo. 
-    S.I: Has dejado una pregunta sin responder completamente. ¿Se puede transferir el porcentaje de identidad de una entidad a otra superior? Y, entonces, ¿la entidad perseguiría su propio interés, o perseguiría el interés colectivo, que sería individual de la entidad superior?
-    A.T: Las entidades no poseen percepción, al menos no la poseen de forma efectiva. 
Esto supone que no la pueden transferir. Desde nuestra base perceptual, las identidades generamos todas y cada una de las entidades, transfiriéndoles un porcentaje de nuestra percepción. Una entidad no transfiere un porcentaje de percepción hacia una entidad superior, sino que las identidades de esa entidad lo hacen, junto a las identidades de otras entidades que también forman parte de esa entidad superior. 
Como todas las entidades (salvo la suprema) son subordinadas, sean vinculantes o no, canalizan la percepción hacia entidades vinculantes superiores, aunque el impacto efectivo de esa transferencia se diluye con cada ascenso.
Y cada entidad persigue su propio interés, condicionado por el interés de toda entidad superior a ella, porque son subordinadas. No obstante, la intensidad de la percepción transferida a una entidad inferior es más alta que la percepción que se transfiere a una entidad superior a esta. Esto implica que la entidad persigue su propio interés en mayor medida, pero siempre condicionado por los intereses de entidades superiores. Cuando en una entidad superior se alcance el punto de inflexión de la percepción colectiva, entonces en la entidad inferior, el bien colectivo se transformará en el bien superior. Esto quiere decir que esa entidad no buscará el bien colectivo junto al resto de entidades que formen la Entidad superior, si no que todas ellas buscarán el bien superior de esa Entidad superior.
Si las entidades superiores estuvieran manifestadas en un porcentaje elevado, condicionarían con mayor intensidad el interés de las entidades inferiores. Pero no sucede así porque la transferencia de percepción se realiza desde las identidades, en la base de la conciencia, hacia arriba. Para que una entidad vinculante superior emerja como identidad, antes deberían haber emergido como identidad todas las entidades vinculantes inferiores.
-    S.I: ¿Qué sucede, entonces, con la balanza entre percepción y autopercepción de una entidad vinculante que emerge como identidad? Puesto que es subordinada, si al emerger su percepción esta es mayor que el instante previo a su emergencia. Entonces, ¿el porcentaje de autopercepción de la entidad vinculante superior a ella se verá reducida por la nueva situación?
-    A.T: Una entidad que emerge como identidad posee un 100 % de autopercepción interna. Antes de emerger poseía menor porcentaje. Así que, tras la emergencia, nunca computará en su entidad vinculante superior con un porcentaje de autopercepción menor que antes de emerger, aunque posea su propia percepción. Eso respecto a su interior.
Respecto a su exterior, es decir, la percepción, esta no será de un 100 % frente a la percepción colectiva. Siempre digo que, al emerger la identidad, percibe de manera individual y no colectiva, pero es una simplificación de este hecho. 
Puesto que toda identidad, al emerger, está influenciada por entidades superiores y, tras la emergencia, su percepción se irá alineando con la autopercepción de cada entidad que tenga efecto sobre ella. Cuando digo sobre ella, me refiero a que esa entidad tenga efecto sobre su tipo perceptual, pues las entidades afectan a ciertos tipos perceptuales según sus características. 
Por eso una hormiga nace ya con un comportamiento colectivo innato. O los humanos. Nacemos ya con un alto porcentaje de percepción colectiva. Puedo sintetizarlo en una frase: Toda identidad emergente poseerá un porcentaje de percepción individual, frente a un porcentaje de percepción colectiva.  
Aunque, aparentemente, no haya entidades vinculantes superiores a una identidad, siempre se forma parte de la entidad suprema. Es decir, toda identidad está afectada, al menos, por la entidad Suprema.
 

© 2025 Alberto Terrer Bayo.
La estructura completa de la Teoría del Entorno Perfecto (TEP)

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